Cuando perdonamos o pedimos perdón, en su sentido pleno, no desde la arrogancia o la compasividad, estamos realizando un ejercicio de humildad que nos engrandece. Resulta paradójico comprobar que derribar la barrera del “yo-soy-mejor-que-tú” nos lleva a un lugar más alto sin estar más alto, porque ya no existe el “yo-valgo-más-que-tú” o el “tú-eres-peor-que-yo”.
De repente se diluyen los niveles y deja de existir comparación entre lo que “tú quieres” y lo que “yo deseo”.
Ejercer el perdón nos llena de libertad y nos saca de un modo de pensamiento dual, donde desaparece el tú y el yo y se hace posible la existencia de un “nosotros”.
ORACIÓN PARA PEDIR PERDON POR NUESTROS ERRORES
Este vídeo es una versión del Padrenuestro, que habla del perdón. No hace falta ser creyente para entenderlo:
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AMAR SIGNIFICA NO TENER QUE DECIR NUNCA LO SIENTO
Este fragmento de la película Love Story nos enseña que, cuando existe amor verdadero, no hay necesidad de perdonar, porque aceptamos a la otra persona tal y como es: